lunes, 20 de junio de 2011

La guerra marcha al ritmo de las estaciones


Buena descripción de Braudel para el caso mediterráneo, en el siglo XVI (1966, pp. 321, 322):
Es raro que una cosecha salga bien de todos los peligros que sucesivamente la amenazan. Los rendimientos son, pues, por término medio, muy pobres, y a la vista de la reducida superficie de los sembrados, el Mediterráneo está siempre al borde del hambre. Basta conque se produzcan unos cuantos cambios bruscos de temperatura o falte la lluvia, para poner en peligro la vida del hombre. Todo cambia entonces: hasta la política. Si se contaba con una cosecha abundante de cebada en los confines de Hungría, podía tenerse la seguridad de que el gran señor no se empeñaría en una guerra activa, pues no tendría con qué cebar los caballos de sus spahis. Si, al mismo tiempo, faltaba el trigo -lo que no era nada raro en los tres o cuatro graneros del mar-, cualesquiera que fuesen los planes belicosos concebidos durante el invierno o la primavera, la gran guerra de las escuadras se paralizaría por fuerza en la época de las cosechas, que era también la de las calmas marítimas y la de las operaciones navales. Pero, al mismo tiempo, se recrudecían el bandidaje en el campo y la piratería en el mar.
La Historia de la Guerra del Peloponeso, de Tucídides, es un buen ejemplo de lo mismo, dos mil años antes: durante los casi treinta años de guerra, con pocas excepciones, las falanges de hoplitas o las escuadras de trirremes partían a inicios de verano y se retiraban en otoño. Entonces, la carencia de víveres, los vientos que agitaban el mar o las heladas aconsejaban evitar las expediciones lejanas. Y esto ha sido así hasta casi la Segunda Guerra Mundial.

1 comentario:

  1. Brillante, señor historiador. ¿Para cuándo una entrada con un breve ensayo de economía, tal como está el patio?

    Oye, Víctor. Que te lo digo de buen rollo. Podríamos charlar algún día, si tú quieres. La verdad es que, no sé, me gustaría que nos lleváramos bien. ¿Qué tal la carrera? Espero sinceramente que todo te vaya bien y, si no me quieres contestar, estás en tu derecho. Un saludo.

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