miércoles, 15 de junio de 2011
Datos sobre el comercio marítimo: la Antigüedad romana frente a la Edad Moderna
Puesto que la mayor parte del comercio preindustrial se realizaba por mar, el tonelaje de los barcos es un buen indicador del tráfico comercial.
En el siglo II d. C., Luciano de Samosata nos habla de un barco de 1800 toneladas, llamado Isis, que transportaba grano desde Egipto hasta Roma; sin duda se trata de un contratista del Estado encargado de suministrar la anona a la plebe urbana, pero da buena cuenta del nivel de actividad de la época.
En contraste, los galeones españoles que hacían la Carrera de Indias durante el siglo XVI tenían un tonelaje que oscilaba entre 200 y 400 toneladas, si bien el límite máximo estaba fijado por ley, dado que los navíos de mayor tonelaje tenían dificultades para atravesar la barra de Sanlúcar, en el Guadalquivir, poco antes de llegar a Sevilla. En esta época, "un navío de 1000 toneladas era un extraño gigante", nos dice Braudel; probablemente también lo era la Isis de época romana. Pero sabemos que existían: navíos portugueses que ponían rumbo hacia África o la India, genoveses que hacían el camino de Brujas o venecianos que acudían al Levante Sirio-Palestino en busca de especias.
No obstante, la norma en el Mediterráneo hasta época reciente han sido los navíos pequeños, de 100, 50 o menos toneladas.
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