Sin embargo, bajo determinadas circunstancias sucede lo contrario: la guerra puede recrudecerse a causa de un descenso demográfico. Como comentan Michel Balard y otros, la depresión demográfica de los siglos XIV y XV en Europa, con la consiguiente reducción de las rentas, presionaron a los señores feudales a buscar nuevas fuentes de ingresos a través de la guerra (la negrita es mía):
Las rentas de la aristocracia terrateniente disminuyeron de año en año. Para compensar esta disminución, los nobles y todos los que vivían de las rentas de la tierra buscan otras fuentes de ingresos, como por ejemplo el bandidaje que, en estos tiempos turbulentos, suponía pocos riesgos; hay ejemplos famosos, en Francia e Inglaterra, de nobles bandidos (los Folville, por ejemplo), pero más graves eran las usurpaciones sistemáticas de las propiedades ajenas que solían llevar a cabo muchos señores propietarios de tierras.De esta fecha datan, por cierto, numerosas guerras civiles entre diferentes sectores de la nobleza y la monarquía.